La negociación del Paraguay con Brasil parece no avanzar en la dirección de nuestros intereses. No existe una idea concreta del Gobierno en torno a lo que hay que hacer y Bolsonaro no le da la trascendencia de importancia, dejando al presidente paraguayo sin su presencia en Carmelo Peralta para iniciar la construcción de un puente que va a ser construido con dinero de la binacional.
El Paraguay tendría que estar pensando en circunstancias de alternativa; algunos dirán “no las tenemos” y por lo tanto estamos a expensas de lo que Brasil quiera concedernos a cambio siempre de algo determinado.
La pregunta es también si qué es lo que nosotros esperamos de una negociación de este tipo y con qué cartas jugamos cuando se trata de un hecho tan importante y tan trascendente.
Los que plantean las alternativas también llegan un tanto tarde con propuestas que ya deberían haber sido trabajadas con muchos meses de antelación para crear en la opinión pública el concepto de que es aquello que mejor conviene al Paraguay y empujar esa agenda.
Algunos hablan de que todavía debería existir una resistencia mayor de la sociedad a cualquier acto entreguista que tenga el gobierno de Abdo de nuevo con el Brasil, pero si no tenemos con claridad qué es lo que realmente ambicionamos y queremos, cualquier camino que tomemos es siempre el camino más largo más farragoso y más complicado.
Necesitamos actuar de forma profesional y rigurosa en estos campos para no lamentarnos de sus consecuencias.