La opción de un precio mucho más bajo por la energía de Itaipú es sólo natural después de haberse pagado por completo la deuda contraída con los bancos.
Los brasileños siguen sosteniendo que tienen una promesa electoral de no tener que mantener los precios altos si no bajarlos para promover la industrialización aún mayor del Brasil con la ocupación de mano de obra.
El Paraguay quiere seguir con una energía alta para darle recursos a la ANDE, para que se ponga a tono con lo que necesita el país para retirar la energía; pero acá lo importante debería ser el uso masivo de la energía como parte de nuestra razón económica enderezada hacia propósitos diferentes.
Deberíamos tener un plan de utilizar por completo la isla energía para movilizarnos en autos y motos, en tranvías, en trenes eléctricos que tendrían que tener una fecha y deberíamos establecer un propósito para dicha tarea.
El Paraguay tiene que, también, tener una gran campaña hacia el exterior para atraer empresas extranjeras que quieran utilizar nuestra energía -movidos por el precio bajo que ella tiene- y también al mismo tiempo de generar empleo para nuestra gran base social que está conformada mayoritariamente por personas menores de treinta años.
El Paraguay tiene que tener como política nacional y económica -fundamentalmente- la atracción de capitales que vengan a utilizar nuestros recursos hidroenergéticos y para adentro tener todo un propósito que cambie por completo la lógica de la utilización de la energía, no sólo para movilizarse, también para cocinar nuestros alimentos, la cantidad de leña y carbón que se utiliza significan kilómetros y kilómetros de bosques deforestados anualmente y esto no puede seguir así.