“Donde los que más trabajan y menos tienen, deben con el sudor del impuesto, llenar los bolsillos de la privilegiada casta de burócratas”.
En un país donde la desigualdad es cada vez más grande y la desconexión entre los funcionarios públicos y el pueblo es cada vez más aguda, el Presidente y su hermano nos quieren tomar el pelo, pidiendo, por ejemplo, a los maestros que aguanten hasta julio, pero los funcionarios de varios ministerios cobran hasta 3 aguinaldos, disfrazados en otros conceptos.
Ante la situación actual del debate sobre el doble o triple aguinaldo, se me despertó el interés de recurrir a la base jurídica y entender de donde proviene este pago. El código laboral en su artículo 243 refiere que: Queda establecida “UNA” remuneración anual complementaria o aguinaldo, equivalente a la doceava parte de las remuneraciones devengadas durante el año calendario a favor del trabajador en todo concepto (salario, horas extraordinarias, comisiones, y otras), la que se debe pagar antes de que culmine el año.
Es así que fui más a fondo y a través de la historia encontré que los aguinaldos en su origen eran muy variados en cuanto a su naturaleza refiere: Aguinaldos herbáceos, alimentos, luego piezas de oro, plata y bronce, hasta vestidos y muebles. En cambio, el subsidio es una ayuda que el estado otorga a algunos ciudadanos con el fin de que puedan acceder a bienes y servicios básicos, ya sean alimentos de la canasta básica y se dan en aquellas situaciones en las que las faltas de protección o ingresos pueden desencadenar en marginalidad y pobreza. Actualmente le dan el nombre de bonificación familiar.
Entonces eran los aguinaldos una práctica costosa arrancada al pobre por el rico y la fuerza de la costumbre obligaba a algunos a dar hasta lo que no tenían. Muy distinto al origen no estamos a la fecha. Donde los que más trabajan y menos tienen, deben con el sudor del impuesto, llenar los bolsillos de la privilegiada casta de burócratas.
¡La toma de la Bastilla está a la vuelta de la esquina! ¡CUIDADO!
