Cada vez que se estudia el Presupuesto General de Gastos de la Nación uno observa instituciones públicas que se llevan una gran cantidad de recursos pero no hacen nada en contraprestación en favor de los ciudadanos. Hay muchos que dicen con razón “¿qué instituciones tendríamos que abolir o derogar su existencia administrativas dentro del Estado y qué tipo de privilegios tendrían que ser cortados?”.
Entre los primeros hay muchos que dicen que las gobernaciones establecidas en la constitución tendrían que acabar porque no pasan de ser unos generadores de corrupción, clientelismo y prebendas enorme, como el caso qué está haciendo demostrado en la gobernación más importante del país, la gobernación de Central entregada en administración por el voto popular a un cachaquero sin ningún conocimiento ni responsabilidad en el manejo de la Cosa Pública.
Sí miraremos también la cantidad de de ministros que presentan sus tarjetas en la presentación que hacen de sí mismos cuando la estructura administrativa del Estado sólo reconoce una menor cantidad de ministerios, uno se da cuenta la cantidad de persona -casi 100- que cobran como ministros sin tener un ministerio.
Todas estas cosas finalmente sacan recursos a la educación, a la salud, al desarrollo vial y al progreso del país. Hay que ser prácticos y concretos, hay que acabar con reparticiones que no hacen nada y con ministros que no tienen ministerios.
