Una de las mayores debilidades que tenemos los paraguayos en términos de negociación de asuntos internacionales es la ausencia de planificación de una visión de largo plazo. De no saber lo que tenemos que hacer finalmente, terminamos claudicando posiciones estratégicas y eso lo hemos podido ver a lo largo de estos cincuenta años con Itaipú y también con Yacyreta.
Primero, el no saber la trascendencia que significa tener una generación de energía limpia y renovable, y no dimensionar eso en términos económicos y de desarrollo político en general.
El Paraguay vuelve a negociar con Brasil sobre hechos consumados y en donde no existe ningún margen de maniobra favorable para nuestros intereses que no sea el mantener los precios de la energía a valores todavía como si estuviéramos pagando los intereses de la deuda.
Paraguay tendría que haber tenido una idea de que tendría que hacer cuando pague por completo una deuda por demás leonina, porque se trabajó sobre un interés fijo 11% que nos llevó demasiado tiempo pagarlo por completo, que si hubiéramos negociado a precio fluctuante de mercado anual, que hubiera significado también en ingreso de más US$ 1.500 millones anuales.
Venimos perdiendo mucho dinero por falta de planificación, por falta de patriotismo y por ausencia de honestidad, y eso nos saca importante recursos para palanca del desarrollo.
Al no tener dinero lo que hacemos es incrementar impuestos generalmente indirectos como el IVA o terminamos incrementando la deuda pública, cuando todo eso tendría que haber estado apalancada en la cuestión de colocar nuestros recursos estratégicos para generar desarrollo y prosperidad
