No soy médico, padre o sacerdote para dar consejos sobre lo que es bueno hacer y/o dejar de hacer en la vida, más hoy día cómo cada tiempo presenta sus oportunidades y obstáculos para todos. Una dificultad que se presenta desde la existencia del internet y sus redes sociales es la soledad que rodea a muchos que interactúan en la misma. A veces la excesiva cantidad de contactos puede hacer que quizá sirva para conocer nueva gente o llenar su abandono social. Sin embargo, parece que cuando parecemos estar comunicados, más solos nos encontramos.
Las redes sociales muchas veces no son usadas para lo que fueron creadas que es la discusión o exposición de ideas para un grupo y sus integrantes, sino es más un espacio o tiempo para reír o cómo dice un amigo para “perder el tiempo”, lapso que podría ser usado para darse a conocer o conocer a otra gente. He aquí que el director de polarization lab, Christopher Bail que también enseña sociología y política pública en la Universidad Duke, escribió “Breaking the social media prism” donde afirma que: “rompiendo el prisma de las redes sociales” que es una mirada reveladora a cómo el comportamiento de los usuarios está impulsando profundas divisiones sociales en línea y cómo podríamos derrotar al tribalismo político en las redes sociales”. Un buen disparador para profundizar esta discusión.
Frustración y soledad
Una de las conclusiones de su trabajo está en el cuestionamiento de si deberíamos saber menos de los demás o que gratificación tenemos por fisgonear la vida de los demás en las redes sociales.
Desde hace mucho, las redes sociales se han justificado con la idea de que conectar a la gente haría que el mundo fuera más abierto y humano. Así y todo este profesor noirteamericanor evalúa porque se dieron resultados político sociales cómo la presidencia de Trump o el Brexit, mediante un sistema que retwitteaba lo que publicaban los usuarios demócratas y republicanos. Eso ayudó a notar cómo el demócrata se hacía más liberal y el republicano más conservador, características que no surgían de esa manera antes de las redes.
Eso sirvió para notar la debilidad de los usuarios para sostener sus ideas, las que frecuentemente no son vistas ni discutidas en profundidad. Las redes han sido colonizadas por la superficialidad.
La corrosión social provocada por Facebook y otras plataformas no es un efecto secundario de las malas decisiones de gestión y diseño y con las denuncias y desde adentro de esta red social han emergido cuestiones aún más preocupantes.