El desarrollo de la cultura ha traído consigo grandes beneficios económicos en la denominada Economía Naranja. Varios países han hecho énfasis en esto logrando notables beneficios para el desarrollo y fundamentalmente para la imagen de las naciones.
Francia, indudablemente, es uno de los países ha procurado encontrar a través de sus museos, su larga tradición cultural y sus bien mantenidos espacios una manera de reencontrarse con la valoración de lo más profundo de su identidad.
Millones de turistas han encontrado en esos lugares una forma de relacionar su propia cultura con la de los franceses. Paraguay debería insistir mucho más en la llamada Economía Naranja y en la puesta en vigor de políticas públicas que mejoren notablemente nuestros atractivos culturales.
El estado en que se encuentran nuestros museos, las escasas promociones que se hacen en torno a los mismos, nos privan no solamente de razones de ingresos económicos, sino también, fundamentalmente, de un orgullo nacional.
