Foto: IP Paraguay
El Gobierno es muy mal pagador, porque sencillamente no planifica o lo que se dicta en la norma no lo cumple.
El Presupuesto General de Gastos de la Nación es una ley que se renueva anualmente, y sin embargo, es la que más se incumple; siempre está a las expensas de si se tienen o no los recursos desde el Ministerio de Hacienda.
No deberían prometer algo que no van a cumplir, y eso pasa con los sanatorios privados que hicieron un convenio con el Gobierno para atender a las personas que ya no tenían sitio en los hospitales públicos en el ciclo más alto del Covid-19 y que ahora, estos, demandan que se les pague.
El Gobierno dice “no sabemos de dónde sacar el dinero”, se supone que cuando pasaron la norma ya tenían contemplado de dónde vendrían esos recursos. Ahora hablan que sacarían del Fonacide; y hay otros que también van a decir “Esos no son propósitos destinados para ese fin, no estaba en la norma”. Pasa una cosa igual también con los reclamos de maestros y de médicos a quienes ya le han prometido un aumento de 16%, pero ahora dice, “Si, pero será solamente del 8%, y a partir del próximo año veremos si podemos alcanzar 16, porque la norma no es clara en ese sentido”.
En concreto, cuando se prometen cosas, se debe tener los fundamentos financieros para sostener aquello que se puede denominar incremento o acuerdos con sanatorios privados. En el Paraguay, el Estado es mal pagador, y eso es parte de un negocio habitual y repetido en el camino de la corrupción.