Los intendentes, especialmente del área metropolitana, tienen que insistir sobre un modelo diferente de transporte público. Lo que tenemos en la actualidad en este híbrido, el maridaje incestuoso entre el Estado y los empresarios privados, ya no puede ser sostenido en el tiempo.
Ya no se contentan con los subsidios a los que han venido engañando de manera reiterada a los empresarios del transporte, colocando una determinada cantidad de pasajeros que no correspondió nunca con la realidad y recibiendo más dinero de lo que debieran, afirmando que ya no les alcanza con el subsidio y que deberán cobrar directamente los costos del transporte a los que viajan en sus unidades.
Cartes le pagó de nuestro dinero, de nuestro bolsillo, al 30% de la compra de las nuevas unidades, y cuando el negocio comenzó a dar dividendos, eso no fue en nuestro favor, que habíamos sido dueños de una porción importante de la compra de ese vehículo.
La mala gestión, el maridaje con los políticos sinvergüenzas, ha hecho que el servicio de transporte público sea cada vez peor y tendría que pensarse en un servicio de transporte realmente público, que involucre a todas las ciudades dentro del llamado perímetro metropolitano. Es allí en donde se puede encontrar una solución de fondo a esta cuestión que acabe con los subsidios corruptos y con los empresarios mafiosos.