Los médicos desde hace bastante tiempo están solicitando una serie de ajustes salariales que parecen bastante lógicos y tienen que ser solamente escuchados a través de huelgas y de paros.
Esta es una circunstancia de racionalidad que en tiempos de pandemia tendría que haber alcanzado una mayor sensibilidad y deberíamos haber tenido políticas públicas para aprovechar este momento tan especial de nuestra vida pública, para hacer los arreglos que corresponden a salarios y organización de nuestro personal de blanco en los hospitales.
Tenemos grandes problemas, falencias y tuvimos recursos para enfrentar esas contingencias, lo que demuestra que todavía el guarará, la forma desarreglada, desordenada de administrar, es la que estimula y alienta los casos de corrupción.
Pareciera no existir una voluntad de llevar adelante las soluciones de fondo y nos contentamos con las apariencias, con aquello que presupone que se están haciendo bien las cosas, cuando en realidad se están posponiendo soluciones de fondo desde hace mucho tiempo.
No hacen falta paros ni huelgas del personal de blanco para tener que hacer los arreglos administrativos que se requieren de acuerdo a la lógica del funcionamiento de cualquier sistema sanitario a nivel global.
