La palabra derecho no indica sólo la dirección en un espacio sino la norma establecida y aceptada por todos para la existencia pacífica en comunidad. Los “diferentes” en el planeta tienen tantos derechos cómo los “normales”. Hoy se dió inicio a los juegos paralímpicos en Japón que movilizan a atletas de todo el mundo con capacidades diferentes. Es una gran fiesta para admirar el esfuerzo y la entrega de cientos de atletas.
La gente “diferente” en el mundo que aporta algo para vivir mejor, debe ser cuidada, valorada y admirada.Están en marcha los juegos paralímpicos, un encuentro deportivo mundial que debe servir no solo para calmar conciencias, sino para entender a profundidad el metamensaje que estos atletas a los que llamo heroes de la vida por su capacidad física y fuerza interior envían al mundo que se encuentra nublado de egoísmo y materialismo.
Gran lección de vida
La preparación de un atleta conlleva tiempo y sacrificio para hacerse de victorias. Imaginemos el esfuerzo que un atleta paralímpico debe hacer para lograr su desempeño en cualquier deporte y mucho más para competir. Y ni hablar de las dificultades de movilidad, accesos, facilidades y presupuesto para financiar su preparación.
Los atletas “diferentes” son fuente de motivación y estímulo para el ser humano que en la ceguera provocada por «la sociedad líquida» una idea del polaco Zigmunt Bauman debe dar paso al festejo de la resiliencia, la empatía y el amor.
Es importante replantearse que su ejemplo sea imitado, referenciado y difundido. Japón acoge desde hoy por segunda vez estos juegos nacidos en 1960 y que por primera vez tiene representación paraguaya. Una gran fiesta para el espíritu.