Los incendios han vuelto a nuestro territorio. Hay varios sitios en el país que se encuentran en situación de colapso. No hemos hecho la tarea de concienciación, tampoco la de mitigación y vamos camino a padecer lo mismo que ya conocimos el año pasado.
Grandes extensiones de campos con pastos secos, quemados de forma irresponsable, terminan todavía profundizando los niveles de marginación económica en la que viven varios pobladores del país.
Si le sumamos a la cuestión sanitaria con las alergias y otras manifestaciones en el cuerpo que se generan con circunstancias como las actuales, tenemos un combo completo de lo que se llama el efecto del cambio climático y la falta de concienciación en las personas que les hacen vivir a muchos de forma miserable.
Es el tiempo de tomar esto con una seriedad mucho mayor de la que hemos tenido hasta ahora. Venimos viendo desde afuera algo que ya vivimos hacia adentro, por un buen tiempo.
Vivimos los incendios de otros países como una tragedia muy distante, que lamentamos y nos asusta, cuando en realidad esa tragedia se encuentra entre nosotros y no hacemos nada para evitarla. Tenemos que asumir los paraguayos una condición mucho más proactiva, de mayor conciencia y, fundamentalmente, de mayor compromiso con las cuestiones relacionadas con el cambio climático.