El paro de los empresarios flecheros nos ha demostrado lo lejos que estamos aún de entender el verdadero sentido de la Constitución como un contrato y como un pacto que nos damos los paraguayos.
Nadie dice que no tengan el derecho a manifestarse, pero también deben entender que las limitaciones existen para todos los derechos y las libertades, que no son absolutas y siempre terminan donde comienzan los derechos y las libertades de otros.
En ese sentido, lo que nos han demostrado los empresarios fleteros, quienes tienen la capacidad de poder cerrar las rutas y con una autoridad muy frágil, desmoralizada y sin capacidad como el Gobierno central, pueden hacer perder US$ 30 millones a la economía e irritar de manera altísima a quienes quieren desplazarse por el país, haciendo lo que la Constitución les permite en términos teóricos.
Deberíamos aprender de este nuevo paro de empresarios fleteros que el país necesita entender que, si no se cumplen las normas, la única alternativa y solución es la violencia, con la pobreza que eso supone.
Se debe comprender del pacto que nos hacemos los paraguayos, que la Constitución es un marco normativo innegociable, que debe ser cumplido y para eso el Gobierno debe tener autoridad y capacidad.