La contaminación de nuestros cauces hídricos continúa de manera notable. Ahora el lago de Ypoa, una belleza ubicada en la región oriental, está siendo afectada por efluentes provenientes de curtiembres.
Hemos visto también imágenes alguna vez de un frigorífico en Concepción vertiendo sus desechos en las aguas del río Paraguay, y si sumamos a todo eso el hecho de que las aguas negras se sigan depositando en el cauce del lecho del río Paraguay, nos demuestra que realmente no estamos haciendo la tarea como debiéramos.
Las instituciones que deben controlar esto se quejan por falta de recursos o de personal, y muchas veces porque la norma que está sustentada incluso en el trabajo de fiscalías orientadas para este propósito, no son eficaces a la hora de actuar.
Seguimos, polucionando y destruyendo nuestro planeta, a pesar de las serias advertencias que hemos recibido en estos días por parte de las Naciones Unidas, que habla que hemos llegado al límite de todo.
En el Paraguay pareciera que no hemos aprendido nada y con la polución del lago Ypoa y con la contaminación de sus cauces, estamos viendo una nueva novela trágica sobre la relación entre el medio ambiente y la sociedad en su conjunto.