Por Valentina Carena – Neolo
Desde el inicio de la pandemia, el home office se impuso y permitió que instituciones y empresas sobrevivan a las restricciones de la crisis sanitaria. De acuerdo a un informe de Forrester Consulting, 6 de cada 10 empresas a nivel mundial implementaron el trabajo remoto y 3 de cada 10 planean hacerlo pronto.
Si bien son conocidos los beneficios que se atribuyen al teletrabajo, como la optimización del tiempo y la reducción de costos de transporte y alquiler de oficinas, hay algunas situaciones que dificultan la adaptación a esta modalidad. Tal es el caso de las personas que viven en zonas con conectividad inestable, que no tienen la capacitación necesaria para utilizar ciertas tecnologías o que atraviesan dificultades para readaptar sus rutinas y formas de trabajo.
En línea con esto, cifras de la CEPAL revelan que aunque un 49% de los trabajadores considera que fue más productivo durante el trabajo remoto, un 21% afirma lo contrario.
En Latinoamérica, las empresas atravesaron un fuerte proceso de digitalización, lo que las llevó a invertir en presencia digital y crear un sitio web propio. Según la CEPAL, en Colombia y México el aumento de los sitios web empresariales fue de 800%, y en Brasil y Chile cerca de 360%. Además, el uso de aplicaciones relacionadas con el teletrabajo – como Zoom o Google Meet – aumentó un 324%.
Mara Schmitman, en el marco de Pulsión Digital Conference 2021, habló de las habilidades excluyentes para el trabajo remoto que tienen en cuenta los empleadores.
Schmitman, especializada en Gestión de Recursos Humanos, señala que la adaptación es clave en estos tiempos: “es fundamental realizar una labor de ‘re-skilling’, es decir, tomar lo que ya sabemos y adaptarlo a lo que tenemos. No se trata de que para trabajar remoto haya habilidades que algunas personas tienen y otras no, sino que son habilidades que se entrenan y que todos podemos desarrollar”.
Hace énfasis en cómo cambió la cultura del trabajo y todo lo que esto implica: “Antes el trabajo era lo que nos ordenaba el tiempo. Hoy somos nosotros los que tenemos a disposición ese tiempo y tenemos que ordenarlo”. Además, enumeró las habilidades que se buscan en las entrevistas laborales y que son fundamentales para quienes aplican a un puesto en tiempos de home office:
1) Organización y planificación: es importante saber distribuir y programar las tareas de acuerdo a metas realistas. Para ello, se vuelve fundamental armar una rutina. Dividir nuestro tiempo en bloques que vayan de lo general a lo particular e incluir momentos de ocio: “son absolutamente necesarios los espacios de ocio, hay que tenerlos (…) el cerebro necesita descansar, hay que escuchar mucho más al cuerpo”, declara.
2) Autogestión y autonomía: dos habilidades fundamentales para trabajar remoto con éxito, especialmente porque ya no existe la situación de un jefe que pasee por la oficina controlando que sus empleados trabajen. La capacidad de autogestión existe en las personas que son responsables de sus tareas, que se comprometen con un objetivo y lo cumplen. Esta responsabilidad y compromiso no implica necesariamente que no cometan errores. Scmitman explica que “estas personas no son perfectas, pero no temen errar y pueden capitalizar los errores en aprendizajes. Ayudan a construir confianza en un equipo, que es uno de los motores más grandes que existen y se hacen cargo de sus errores, pueden decir ‘este error es mío y lo voy a resolver de esta manera’”.
3) Manejo de herramientas digitales. Por supuesto, esta es una habilidad fundamental para trabajar en conjunto con personas que se encuentran a distancia. Herramientas como Zoom, Google Meet y Google Drive son parte del kit básico de la mayoría de los teletrabajadores, pero a esto se le suma la importancia de “utilizar el pensamiento crítico” e identificar cuál es la herramienta óptima para cada tarea, “por qué esta herramienta me va a servir para esta tarea y no esta otra”, agrega.
4) Habilidades de interacción social ética. “La posibilidad de trabajar remoto ha hecho cosas increíbles, como borrar las fronteras políticas y permitirnos formar equipos de trabajo con personas que están en diferentes husos horarios. Esto produce equipos diversos, cultural y cognitivamente diferentes y requiere, fundamentalmente, empatía y capacidad de escucha activa”, concluye.