La contaminación a nivel global es uno de los problemas que enfrenta la humanidad en este siglo, y uno de sus resultados es la problemática de Cambio Climático y que se viene debatiendo desde la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro en 1993. Sin alcanzar acuerdos globales, las Cumbres han continuado con algunas resoluciones, cuya magnitud difícilmente contribuyan a mitigar el desastre y sus consecuencias en todos los rincones de la Tierra.
Y por casa ¿Cómo andamos? A veces uno se pregunta si tenemos alguna alternativa de salvación propia. En verdad, por casa andamos mal y no desde hoy, sino desde hace muchos pero muchísimos años.
Nada de todo lo que voy a expresar le resultará desconocido, porque usted, amable lector, sus abuelos y padres transitan Asunción Metropolitana desde hace décadas y no hay indicadores que digan que vamos mejorando. Por el contrario, la capital se ha ido convirtiendo en un territorio hostil para sus propios habitantes, que van migrando del centro histórico, y la construcción de un eje inmobiliario moderno y con edificios inteligentes no puede ocultar la sumatoria de carencias y el abandono deliberado por quienes tienen la obligación de ofrecernos esos servicios, y de calidad. ¿De calidad? SI, tenemos el derecho a exigirlos y no repetir políticas gubernamentales de Estado Mendicante. Demasiados colegas han deletreado nuestra estrategia vacunatoria, como para perder tiempo en detalles.
Aparte de territorio hostil, el viejo tema de los desechos cloacales sigue flotando en espera de la famosa planta de tratamiento que cada gobierno amenazas con inaugurarla. La nueva Manhatan enclavada en la Avenida Santa Teresa recibió las aprobaciones de todos los planos de edificios muy bonitos, a los que usted debe dirigirse con un palito de ropa apretándole la nariz. De cloacas, ni hablemos. ¿Ya ingresó el edificio?, entonces puede retirar el palito. Planes y proyectos, por supuesto siempre hay. Casi que somos el país donde más se utiliza la palabra PROYECTO: (S. XVIII) del latín projectio ‘acción de echar adelante o a lo lejos’. En nuestro caso, es más hacia lo lejos que adelante.
Ha dado la vuelta al mundo “Recuerdos de Ypacaraí” y se ha cantado en tantos idiomas como expertos, técnicos, hidrólogos, ingenieros y consultores han venido para que recupere el color azul de tan bella melodía. Desde hace más de 40 años que el lago está esperando ser descontaminado. No hay registros si es el más contaminado del país, pero con solo hojear la prensa, no cabe duda que es el más estudiado y sistematizado. Y lo interesante es que siguen llegando nuevos estudiosos con un nuevo proyecto bajo el brazo. Y habrá trabajo para mucho tiempo más. Intentar poner de acuerdo a más de 10 municipalidades para que no arrojen afluentes contaminantes en la cuenca, tarea que hasta hoy ninguna elección ni Intendente pudo resolver. Quién le dice que este no será el año bendecido. Nunca hay que perder las esperanzas, cuando los candidatos por lo general basan su gestión en la honradez, transparencia y capacidad de gestión.
La laguna Cerro, de la compañía Piquete Cué de Limpio, un buen día se tiñó de rojo carmesí y se volvió una atracción visual gracias al alto nivel de contaminación. La empresa Waltrading SA, procesada por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), fue la responsable de tan lamentable fama. Ha pasado un año y ni siquiera la curtiembre se ha tomado la molestia de pagar la multa de 20.000 jornales (G. 1.761.020.000). La asesora jurídica del Mades, Laura Bobadilla, indicó que el proceso se encuentra en la apertura de la causa a prueba. Otra vez la lógica del PROYECTO se repite, bajo la forma de chicanas jurídicas. Todo será a lo lejos, y más cuando del Poder Judicial se trata.
La laguna se volvió tan famosa que hasta el propio Leonado Di Caprio (actor y activista ambiental) hizo oír su voz. Lamentablemente no hay fondos para que el protagonista del Titanic se instale con una pancarta en Tribunales para agilizar la causa.
La música ha sido pródiga en narrar bellas guaranias a la Asunción de antaño con “sus naranjos y sus flores”. Innumerables son los arroyos que atraviesan nuestra capital y el mejor intendente electo en octubre, difícilmente pueda recuperar el repicar cantarino de sus aguas, que buscan abrirse paso entre la basura y desperdicios, para convertirse en raudal furioso en épocas de lluvias y hasta con saldo de muertes en algunas ocasiones.
Lo cierto es que contaminar es casi una práctica cotidiana, donde todos juegan a hacerse los distraídos, y ante el primer reclamo, rápidamente se forma una mesa de trabajo para elaborar un nuevo PROYECTO cuya solución esté bien lejos. Mientras tanto, estamos ocupados a sueldo.
Un intento más -porque la lista es interminable-, fueron las lagunas del Parque Guazú Metropolitano, que amenazaban inundar 34 hectáreas con cuatro metros de profundidad, para mitigar el desborde del arroyo Itay en épocas de lluvias. El dictamen técnico de la Municipalidad no dio lugar a dudas sobre la inviabilidad del PROYECTO y las consecuencias del mismo aguas arriba, como luego se terminaría demostrando con las inundaciones de las obras del fallido Metrobus. El consultor argentino Juan Carlos Bertoni, cuestionado por las deficiencias de obras similares en las provincias de Santa Fe y Córdoba, “vendió su PROYECTO al MOPC” y DC Ingeniería puso manos a la devastación del Parque. Era tan evidente el contrasentido de la obra, que pareciera que finalmente abandonaron EL PROYECTO de una nueva CATEURA a unas cuantas cuadras del modernísimo eje inmobiliario de Asunción.
Hay que profundizar sobre responsables y responsabilidades, pero eso será en otra nota. Por lo pronto y para comenzar, hay un actor que siempre está presente: LA PATRIA CONTRATISTA. ¿Quiénes son? Aquellos capaces de atravesar dificultosas licitaciones, maraña de trámites, con un millón de amigos en su agenda y buenos jugadores de casino, que por lo general salen sorteados.
¿Qué es lo que hacen? Justamente, ejecutar PROYECTOS.