Cómo me había dicho una persona que trabaja con mentes humanas, el cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano y del que menos sabemos o entendemos.
Una cabeza que se valora por sus invenciones y capacidad para complementar la tecnología y necesidades humanas es la de Elon Musk. Este emprendedor tiene fama de ejercer la máxima presión sobre sus empleados. Para Musk, este es el precio a pagar por vivir una epopeya industrial que da forma al futuro de la humanidad. Con iniciativas cómo esas ha creado con su automóvil Tesla y lo que pretende ser el viajar al espacio un hábito que sobrepasa de ser una actividad astronauta al de una persona común llamado espacio x o space en inglés.
Al espacio con reservas
Hay en el mundo no solo gente que existe para pensar cosas malas sino también aquellas que dedican su tiempo a dar rienda suelta a ideas que una vez aceptadas y patrocinadas hacen que el cerebro responsable de los proyecto en un tipo de ser que muta. Musk ahora desafia al espacio pero para algunos no pasa de ser una operación de marketing para un hombre rico en una sociedad global empobrecidas por el covid. Algunos lo cuestionan por exhibir dineros en un proyecto que no pasa de ser una exhibición impúdica de riqueza.
Destacan la creatividad de Musk y su cerebro que es donde se albergan datos y fórmulas construidas con educación, investigación y curiosidad que también es exigida a sus colaboradores que quizá debido a la presión algunos dejan de apoyarlo y otros continúan en la fila esperando entrar a su organización de emprendimientos que en su principio parecieron haber sido sacados del guion de una película de ciencia ficción pero que hoy son realidades concretas.
Musk se encuentra en el intento de desarrollar sus emprendimientos espaciales aunque se presenten desafíos financieros, empresariales u otros problemas que superar además de las desconfianzas de muchos. Ser un innovador es siempre costoso aquí y en todas partes. Su auto eléctrico es una oportunidad para países como los nuestros que tienen superabundancia de hidroenergía que no la usamos.