Uno de los temas centrales de la economía es cómo hacer que el Presupuesto General de la Nación se corresponda a los verdaderos intereses del país. Cuando vemos que U$S 1600 millones se malgastan de un escaso presupuesto y algunos afirman que el Paraguay tiene una presión tributaria muy baja comparada con la región, uno se pregunta: Si aumentáramos los tributos ¿También aumentarán los robos o cambiarán simplemente porque ingresamos más recursos?
La experiencia concreta en Paraguay es que, a medida que el Estado ha recibido más dinero, más ha malgastado. Todos los días tenemos la experiencia de alguien que ingresa a la dirección de una empresa pública y llena de operadores políticos de su valle, como el caso del Director de Petropar y así acontece en otras entidades públicas del país.
Colocar más recursos en un barril sin fondos es una tontería. Debemos buscar transformar el Estado que tenemos, reformarlo por completo y hacer que el gasto público se oriente hacia los lugares donde debiera y no se malgasten ni se roben ni en amantes, amigos, correligionarios, ni gente inepta e incompetente.
El Estado paraguayo debe desarrollar un proyecto de reforma por completo del ingreso al mismo Estado, a la forma de promocionarlos, y a la forma de retribuirlos.
Lo que tenemos es un yuyal de de corrupción, donde las alimañas proliferan