La democracia está definida cómo un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. Etimológicamente la palabra nace del latin demokratia formado con dêmos ‘pueblo’ y krateîn ‘gobernar’. A la misma familia etimológica derivada del griego dêmos pertenecen demagogo, demografía, epidemia y endémico.
Desde 1989 con la caída del dictador Alfredo Stroesner y luego de 32 años de existencia ella continúa adoleciendo madurez y funcionamiento por la carente educación del pueblo y sus gobernantes. Estos tienen mucha responsabilidad en la escasa empatía que tiene la gente con la democracia. Las últimas elecciones de Perú lo demuestran donde aún no se sabe quién será el nuevo mandatario por las sospechas de fraudes de todos contra todos.
Ahora desde el norte, en los EEUU, también discuten en torno a la calidad de la democracia. Ahí Trump dice que la tutelan las grandes corporaciones mientras el presidente Biden afirma que las mentiras del ex mandatario han herido de muerte al sistema.
El medio es el fin
Somos conscientes que para ganar no solo los americanos sino el mundo es capaz de hacer lo que fuese para llegar al poder y lo que es peligroso se da en cómo lo que se etiquetó cómo influencias trumpianas afecte a otras elecciones entre poderosos candidatos por su llegada al poder, cómo lo que se teme puede darse ahora también en Perú. Que Keiko Fujimori no quiera reconocer el triunfo del maestro Castillo por 40 mil votos puede tener un efecto devastador en un país altamente renuente a legitimar a los políticos en tiempos de pandemia.
La libertad bien entendida, controlada y direccionada hacia un sano futuro para el ciudadano que tenga todas las herramientas para controlar y actuar con el gobierno para y por el país es clave para con eso, disminuir el riesgo de influencias negativas de otras naciones diferentes culturalmente más igual en sus necesidades cómo la de contar con candidatos responsables durante elecciones o una vez en su cargo. Hay que volver a la esencia y para eso necesitamos un pueblo educado.