Foto IP
Los comicios para candidatos a intendentes municipales y concejales han movilizado una importante porción del electorado. Algunos pensaron que el número sería menor por la cuestión de la pandemia y los temores del contagio que puede suponer la aglomeración en los sitios de votación.
Para la lectura de los políticos es que todavía la maquinaria puede ser movida por los partidos políticos y también se celebra el uso de las urnas electrónicas que, aparentemente, tendrían un nivel de fiabilidad mucho mayor y podría evitar el arreglo que se hace de manera frecuente en las mesas de votaciones, en algunos lugares del país.
Lo que dejó también es la sensación de que muchos de los candidatos no logran entender el nivel de hartazgo de la sociedad en su conjunto y que tendrían que llamarse a cuarteles de invierno.
Todavía hay muchos de los que creen que el triunfo electoral es el triunfo del aparato, de cuanta cantidad de dinero se tenga para el “Día D” y no necesariamente el perfil del candidato, sus antecedentes y su propuesta política.
Lo ocurrido constituye simplemente un pequeño ejercicio en tiempos de pandemia. Uno de los momentos centrales este año va a ser la elección de los más de 250 candidatos a intendentes municipales del país en octubre próximo, ahí veremos en realidad cuanto a nivel de hartazgo tiene la sociedad con respecto a la propuesta electoral que sea previsitado en estos días. De eso dependerá también cómo se verá el 2023, que ya está a la vuelta de la esquina.