Foto: Freepick
El Paraguay se ha hecho famoso por ser un país mendicante, a tal punto que se ha creado una expresión nueva cuando se trata de donaciones, se denomina en paraguayo “crédito no reembolsable”. Esa expresión mide bastante nuestro carácter.
No hay ningún crédito que no tenga la característica de ser reembolsable. No se puede cambiar el sentido de algo que se otorga de manera gratuita y graciosa para convertirla en algo que genera un compromiso.
Esa ha sido la característica de la política paraguaya con varios países Taiwán, Japón, Alemania, Estados Unidos, siempre extendiendo la mano, incluso no se sabe qué hacer cuando se tienen los recursos para no tener que terminar siendo mendigos, que se vuelve a recurrir y a celebrar que Estados Unidos envíe un poquito de vacuna al Paraguay, o que Chile, los Emiratos Árabes o algún otro país haya donado algunos biológicos.
Los paraguayos tenemos que volver a reconciliarnos con la dignidad. Ese es el factor principal que se pierde cuando se trata de una persona convertirse en mendigo. Debemos hacer que realmente el paraguayo vuelva a sentirse orgulloso de los recursos económicos que tiene, de la rigurosidad con que se maneja y la escasa corrupción que domina las acciones.
Cuando tengamos eso, no diremos más a las donaciones “créditos no reembolsables”, sino que cuando contraemos obligaciones estamos también obligándonos a pagar en tiempo y modo y cuando se trata del gasto público, lo hacemos con el rigor de quien maneja su propio dinero.