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Estructuras fabriles en crisis

El título no implica apuntar a que el sentido de la agrupación de hombres trabajadores esté al borde de perder su existencia sino que en algunos países y empresas están dejando de existir cómo pasa con la corporación que empezó siendo pequeña, hoy con 575,700 empleados y que  han rechazado la ración de un sindicato propio. Con algo más del 70% de los votos los empleados de Amazon en Alabama han rechazado disponer de sindicato propio. Jeff Bezzos, jefe de Amazon, no ha estado nunca entusiasmado con esta idea sino que ha tratado en lo posible de disuadir a sus trabajadores de formar dicho sindicato. Esta empresa ubicada en Alabama con una mayoría de empleados afroamericanos que cobran 15 $ por hora ahora no están pudiendo formar un conglomerado de trabajadores que allí trabajan para que  luchen por sus derechos en la forma tradicional.

En una votación que ha tenido lugar en la planta de la empresa en Bessemer (Alabama) el escrutinio final ha sido 1.798 votos en contra de la formación del sindicato de empleados de Amazon contra 738 votos a favor.Así pues el resultado que finalmente se va a tener en cuenta es que el 70,9% de los votos válidamente emitidos está en contra de la creación de un sindicato de trabajadores de Amazon. Lo que parecería extraño hace poco tiempo, refleja una tendencia a tener en cuenta.

FIN DE UNA ERA
La  empresa  del multimillonario rechaza acusaciones respecto a que ese alto número de votos en contra de la creación de un sindicato proviene de empleados que han sido amenazados por Amazon y se afirma que los trabajadores de la empresa han elegido libremente no disponer de una representación sindical.

En los planos de comparación si en Paraguay existiese Amazon y nazca entre los empleados la idea de un sindicato no hay duda que el grupo de trabajadores serían agentes de cierre de calles, manifestaciones, amenazas, calificaciones de “carneros”  y protestas.

El comienzo de una nueva era implica también mutaciones en los sindicatos y asociaciones gremiales hijas de la revolución industrial que está llegando a su fin. Bezzos afirma que puede pagar el doble del salario mínimo por hora y está dispuesto a convertir a su empresa en el mejor lugar para trabajar en el mundo y sin necesidad de un sindicato que le recuerde sus obligaciones con sus trabajadores. Ha subido el listón de la apuesta y los comicios de sus empleados muestra una tendencia absolutamente novedosa en el mundo del trabajo que parece confirmar el fin de una era y el comienzo de otra sin sindicatos ni trabajadores explotados

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