Las investigaciones científicas son la base de la evolución humana en todos los campos y tendríamos que tener más situaciones que nos permitan no solamente pensar lo que estamos haciendo bien o lo que estamos haciendo mal, sino fundamentalmente las nuevas fronteras del conocimiento.
Esta introducción viene a cuento porque hay un deseo de saber en qué invierte su dinero CONACYT, recursos que son importantes para saber si las investigaciones han tenido una utilidad práctica, si han permitido proyectar las fronteras del conocimiento más allá de lo que ya tenemos acumulado o si eso ha significado simplemente el gastar los recursos en los amigos, que tienen la posibilidad de vivir bien a costa del tributo que pagamos y que son determinados para estos propósitos.
También están los investigadores como Cadep, que son amenazados de llevar a los tribunales porque sus hallazgos de la alta evasión del sector tabacalera no gusta fundamentalmente a la empresa de Cartes y tampoco a la Subsecretaría de Tributación, que es lógico, comienzan a mirarse para adentro diciendo ¡qué bárbaro!
Ahora hay un montón de gente que conoce todo lo que se evade en este país y lo fácil que puede resultar al evasor convertirse en un gran actor político, sobre la base de no haber contribuido como debiera para que las arcas públicas no estén endeudadas de manera recurrente o se incrementen los tributos, que es otra de las características de nuestro país.
Es la hora de respetar las investigaciones científicas, aquellas que no permiten acertar mejor conocer de qué se tratan las cuestiones de los números, especialmente cuando tienen que ver con el tributo, en esta época de vacas flacas, de graves situaciones generadas por el mal gasto del sector público, que son tan evidentes que ya matan a mucha gente como en estos tiempos del Covid.
