El Gobierno sigue sin acertar en su políticas de lucha contra el coronavirus. Además de haber malgastado los recursos que se le habían asignado, ahora tenemos el problema de que las vacunas constituidas en el único mecanismo que salva a la gente y también permite que se recupere la nación en términos económicos, no tiene fecha de llegada concreta y cierta.
Estamos demasiado lejos de la cantidad que requerimos, que es de aproximadamente 5 millones de vacunas en primera dosis, 10 millones en segunda dosis.
Eso significa que con los 168 mil que se promete vendrán por el mecanismo Covax la próxima semana, todavía no estamos alcanzando las 500.000 dosis de las 10 millones que requerimos. Si llegáramos a vacunar con 500 mil dosis al mes de mayo, estamos hablando de menos de un porcentaje del 10% de la población a ser vacunada.
Esto nos debe llevar a mirar con énfasis en la poca tarea de eficacia que han tenido los actores gubernamentales: el Ministerio de Salud, la Cancillería nacional, el Ejecutivo en su completa dimensión, que no ha tenido la capacidad de movilizarse en tiempo y en modo. Han venido subestimando el tamaño de la pandemia y la necesidad de tener un equipo proporcional al desafío que nos estaba implicando este problema sanitario.
No tenemos gente preparada que tenga que decir lo que tiene que hacerse, dónde, cómo y de manera efectiva para tener respuestas a lo que la población está anhelando en este La plata del Estado, que es plata nuestra, es cada vez más escasa. El año pasado nos pidieron US$ 1.600 millones para enfrentar la pandemia, de esa cantidad, más de US$ 500 millones se utilizaron para pagar salarios del sector público 350 mil personas, muchas de ellas en calidad de parásitos que han venido succionando de nuestros recursos durante un año, en muchos de los casos sin haber hecho la tarea para la cual han sido contratados.
El Gobierno ha comenzando a rascar la olla para tratar de juntar la mayor cantidad de recursos, porque dentro de dos meses podríamos encontrarnos con la realidad de que no hay dinero para pagar a los empleados públicos y solo queda de nuevo contratar un nuevo empréstito para que sigan estirando hasta que las cosas mejoren, porque no creo que se animen a pedirnos más impuestos en condiciones como las actuales.
El Estado sólo administra nuestro dinero. No tiene un solo peso partido por la mitad, pero tiene un gasto enorme y muy corrupto, por lo tanto, en condiciones como las actuales, debería aprender a cortarse su propia carne, debe reducir el número, debe ser mucho más eficiente y por sobretodo, honesto y diligente.
Va a ser muy difícil que este Gobierno saque la responsabilidad histórica de haber llevado al país a una situación que puede superar los 10 mil muertos hacia finales de julio. Una cifra dramática en un país que vuelve a mostrar todas sus lacerantes debilidades y frustraciones en términos gubernamentales.