El éxito de algunos intendentes municipales en organizar un pequeño sistema de salud o cooperar con el Ministerio para ese propósito es una muestra que mucho se puede hacer si existe voluntad de querer hacer.
Eso acontece con el municipio de Villa Elisa, que fue fundado por inmigrantes suecos en la ribera del río Paraguay y cuyo intendente, Ricardo Estigarribia, ha emprendido una labor con escasos recursos para mejorar los niveles de atención sanitaria en su comunidad.
Lo hacen con recursos propios, muchos de ellos provenientes del sacrificado impuesto que pagan sus contribuyentes y también de los royalties que reciben de las empresas binacionales.
Si nosotros miráramos en retrospectiva cuánta plata recibieron de Fonacide nuestros intendentes, veremos una cifra que es espantosamente alta, que no ha sido utilizada para el propósito de mejorar las condiciones de estos municipios.
Estamos hablando de más de US$ 500 millones que tendrían que haber sido destinados a mejorar el nivel de infraestructura de nuestras escuelas, a construir aulas nuevas y baños decentes y dignos.
Esos millones fueron derrotados en corrupción y en gastos que no se compadecen con los propósitos iniciales. El ejemplo del de Villa Elisa tendría que servir para demostrar los 255 candidatos a intendente municipales en esos distritos, son muchos más de miles los candidatos, de que se pueden hacer muchas cosas cuando existe la voluntad, el interés y el deseo de servir a la gente.