Los proveedores de insumos a los hospitales paraguayos están muy enojados desde hace mucho tiempo porque no les pagan en tiempo y en modo. Muchos llevan acumulado más de 20 años de esperar que les actualicen los pagos, como habían prometido en el contrato licitatorio.
Eso pasa con los proveedores de oxígeno y también con las muchas farmacéuticas a las que los encargados del gerenciamiento del IPS y del Ministerio de Salud dicen que ya han acabado el proceso de convocar a la compra de nuevo medicamento, pero que, sin embargo, estas empresas no lo proveen.
Sencillamente lo que está ocurriendo es que se está pagando y pasando facturas de cosas que no se hicieron en tiempo y en modo. Si el Gobierno paraguayo contrata algo y no paga en los siguientes dos meses, es evidente que estamos hablando de un negociado que se está montando en grandes cantidades, en un país donde el que provee al Estado tiene que pagar para que le libere del cheque, para que le den el pago.
Está demostrando claramente que todavía seguimos manejados por la corrupción y no por la claridad de propósitos, y cuando se trata de la vida de las personas, eso significa la muerte de muchas de ellas, porque no tienen la posibilidad de acceder al medicamento o al oxígeno salvador en las enfermedades respiratorias.
Es el tiempo de acabar con todo esto que se viene haciendo mal desde hace mucho tiempo y peor en estos tiempos de pandemia. Hay que cumplir con los compromisos, hay que honrar las deudas, como se dice con claridad en la expresión cotidiana de las relaciones comerciales. De lo contrario, el único que paga el pato es siempre el contribuyente, el mandante, el ciudadano.