Al Presidente le queda cada vez menos margen de manejo de obras, no tiene mucho porque por un lado está prisionero de Cartes y su voluntad de impulsar el juicio político con sus diputados en la Cámara Baja, ya en la oposición se ha completado. Solo faltan 16 votos de colorados, en este momento lo que podrían estar pensando también es el costo que podría tener para esta agrupación política el seguir sosteniendo un gobierno sin legitimidad.
El desgaste puede ser extraordinariamente grande y Mario Abdo Benítez puede convertirse en otro segundo mariscal de la derrota, su principal asesor en este momento es Nicanor Duarte Frutos, el que mandó a la ANR a la llanura. Los mismos vuelven a juntarse, unidos por el espanto y las condiciones de degradación que tiene la política tradicional y específicamente la del Partido Colorado.
Es muy difícil que tengan votos en las elecciones municipales que están aquí a la vuelta de la esquina y menos aún en las nacionales del 2023, solo que hay muy poca gente que piensa en este tipo de cosas y solo se sostienen en la idea que hay que estar en el poder tanto como el tiempo lo permita y no escuchar los gritos de la gente en las ventanas, ni tampoco sentir el aliento de un pueblo en la espalda que está diciendo al gobernante que es tiempo de irse.
Abdo debería tener una mayor sensibilidad y saber entender que no solo está en juego su permanencia particular en el poder, sino también el destino de su partido como agrupación política y algo más trascendente que los dos: el destino del Paraguay.
