La situación educativa paraguaya está bastante mal, esa no es ninguna novedad. Ahora está todavía peor porque son los maestros que coaligados con el propio ministro de Educación, han presentado un proyecto de ley de emergencia educativa, algo que tendría que haberse planteado a comienzo de la pandemia del año pasado.
Con ese documento legal quieren tener recursos para comenzar a reparar las aulas que no están listas para las actividades presenciales. Si vamos al ritmo de construcción que tiene el Ministerio, tampoco será una solución y podríamos estar con el elemento central de que los maestros no quieren retornar a aulas porque no se sienten seguros bajo los techos de las escuelas.
Si seguimos de esta manera, no sólo estaremos entre los últimos lugares en materia de educación en América Latina, ni tendremos mucho menos esperanzas de salir de esos lugares.
Es la hora de remangarse entre todos, pero para eso el ministro de Educación debe dejar de jugar al niño, practicando el descanso, remangarse, trabajar, comprometerse y elevar la calidad de la educación paraguaya.