El tabaco mata a más de 3.300 personas al año, tenemos casi un año de Covid y todavía no alcanzamos esa cantidad. Paraguay es el país en donde menos impuestos se pagan para luchar contra las enfermedades pulmonares y de otro tipo que genera el tabaquismo.
O sea, no alcanzamos ni a cubrir los costos del tratamiento de personas que han sido víctimas del consumo del tabaco. Los que no fumamos tenemos que financiar esas actividades; sin embargo, cuando vemos que el impuesto es del 18% y en la región ronda el 70% y 80%, nos damos cuenta por qué. El principal fabricante de tabacos en el Paraguay encuentra un gran negocio del lado brasileño o de los países contiguos y por qué con ese dinero se convierte en un gran árbitro y protagonista de la vida política paraguaya.
Si tuviéramos algo de projimidad y sentido de la salud estaríamos cobrando impuestos a la altura de los costos que supone atender a una persona víctima del tabaco y no estaríamos lamentando tampoco 3.300 muertos por año.
Es el tiempo de incrementar los impuestos al tabaco y hacer que realmente el Paraguay tenga compensación al daño que eso genera y al impacto negativo que sus propietarios tienen sobre la política local.