Comentario 3×3
El país necesita de sus mejores hombres y sus mejores mujeres. Eso significa convocar a los que realmente saben hacer las cosas y no necesariamente confiarse en las capacidades instaladas en un Estado paraguayo que cruje por su ineficiencia, su corrupción y su incapacidad.
Más de 350 mil empleados públicos, de los cuales los que podrían ser guerrear con capacidad sus funciones no alcanzarían ni 100.000. Hemos llenado el Estado paraguayo de una población supernumeraria sostenida por cuestiones que no tienen nada que ver con la capacidad, ni tampoco con la palabra idoneidad que usa la Constitución cuando define al servidor público.
Lo que tenemos en términos de desafíos en educación, en salud, en organización social es inmenso. Ya lo teníamos antes de la pandemia. Lo sentimos ahora durante la pandemia y será todavía mucho más evidente y claro cuando esto pase.
Lo que nos va a dejar es realmente un páramo, un desierto en donde va a ser bastante difícil volver a confiar la posibilidad de ser llevado adelante un país por los mismos políticos o los mismos partidos políticos.
Deberíamos pensar en qué capacidades y qué virtudes tendrían que tener aquellos que realmente están a la altura de las circunstancias actuales y convocar a una gran capacidad nacional instalada para que ayude a llevar adelante una nación que ha sido devastada por corrupción, por impunidad y ahora por incapacidad.