Comentario 3×3
En esta Navidad hay tiempo también para conversar acerca de los valores. Aquellos que hicieron parte de nuestra esencia como nación, y en estos tiempos también de crisis de valores, en el Paraguay tendríamos que rescatar aquellos que hicieron parte de nuestra manera de ser.
Durante mucho tiempo en este país se admiró al gran Señor, aquel que decía la verdad, aquel que era fiel a su palabra, que tenía un comportamiento previsible, que entendía que la solidaridad no era otra cosa que la prolongación de sus valores en el otro.
En el Paraguay, en tiempos de Navidad, deberíamos rescatar nuestros valores ancestrales, aquellos que nos permitieron sobrevivir las grandes crisis, que hicieron que en tiempos de confrontación y, por qué no, de pandemia pudiéramos sacar lo mejor de cada uno de nosotros.
Estos tiempos generalmente sacan las dos cosas, lo peor y lo mejor, y en términos de valores, tendríamos que volver a rescatar aquellas cosas que hicieron que varias personas fueran referentes en su ambiente social.
Los Karai Guazu eran señores referenciales, personas a las que uno quería imitar en su comportamiento y que mejoraron notablemente la relación entre personas y también entre personas y Estado en general.
Si queremos un Estado que se nos parezca, deberíamos volver a potenciar nuestros valores más importantes y trascendentes para reclamar en consonancia a nuestros mandatarios que se comporten como somos nosotros.
