Comentario 3×3
Dentro de las cuestiones que perfilan nuestro carácter, el ethos del que hablaban los griegos, es la manera de justificar aquello que no lo hacemos en tiempo y en modo que no tomamos la determinación cuando debiera haber acontecido, o tomamos mal de manera equivocada, o hicimos de forma chapucera. Las miles de formas de justificación que tenemos para eso son realmente parte de nuestra manera de entender el mundo en el que habitamos.
Hacer las cosas sin ningún tipo de rigor forma parte de lo que realmente nos cuesta mucho en términos de vidas humanas y en costos económicos. Las cosas que tendrían que realizarse en tiempos de sol, padecemos en tiempos de lluvia, y cuando tendríamos que estar pensando sobre cómo resolver un problema determinado, ya se incrementan otros problemas no resueltos.
El procrastinar, el posponer siempre la realización de algo que tiene que ser hecho ya nomás, tiene un costo increíblemente alto, y eso lo vemos, por ejemplo, en el tema sanitario. No preparamos nuestro servicio de salud, no tenemos planes de trabajar en conjunto para un sistema nacional que funcione realmente como debiera, algo que otros países lo resolvieron hace más de 100 años.
Ni hablemos de los desagües cloacales o pluviales que son tan frecuentes de ser recordados en tiempos de lluvia, pero olvidados en tiempos de sol. Los paraguayos deberíamos dejar de pretextar la no realización de las cosas urgentes y necesarias y, cómo decía Ortega y Gasset, paraguayos a las obras.