Abulia es sinónimo de apatía y en esa definición nos encontramos los paraguayos al no tomar postura frente a un hecho de injusticia social, cuando vemos que no se cumplen las normas de manera equitativa para todos en la atención que se merece el ciudadano en el campo público o privado por ejemplo. Nos quedamos quietos y en silencio generalmente y sólo si esa injusticia nos toca personalmente ahí recién reaccionamos: tarde y nuestra voz se escucha lejana y destiempo. ¿Porqué necesitamos vivir primero esa injusticia para reaccionar? ¿Por qué será qué cuesta tanto unir nuestras voces para reclamar justicia para un compatriota que sufre el castigo, el maltrato o la grosera forma de no atenderlo como ni a la hora que se debe?
Todos los días escucho quejas de atención en los centros médicos y ahora con más frecuencia por el covid. Debemos trabajar y entender que somos parte de un cuerpo social que trabaja y funciona bien si sus partes se ayudan como un equipo de fútbol donde cada miembro del mismo hace que el balón llegue a su objetivo y el encuentro termine con la victoria para el equipo. Por eso también en estructuras verticales cómo las fuerzas armadas se identifica a la compañía, pelotón, escuadrón cómo un cuerpo militar porque funcionan juntos si no existe un grupo de gente encargada en la asistencia médica no habrá rehabilitación de los miembros de dicho cuerpo si se produce un ataque y sus consecuencias todos lo padeceremos.
Es tan sencillo compararlo en dos campos que no tienen nada parecido pero si tienen los mismos seres humanos así en la guerra, el deporte o en cualquier actividad cotidiana.
Debemos ser autocríticos y evaluar nuestra conducta en los distintos momentos de explosión social que ya hemos visto muchos en estos meses. ¿Hasta cuándo y dónde dejaremos que nuestra abulia y procrastinación se coma esa capacidad de defender los derechos del cuerpo social del cual formamos? Ojalá que no sea tarde.
