Una cuestión sobre la que también la investigación judicial tiene que avanzar en serio es la muerte del capitán Piñanez, en el que estuvo envuelta en la investigación la fiscala de esa época, Sandra Quiñones, actual titular del Ministerio Público y que ahora le están pidiendo un juicio político por varias otras cuestiones.
Hay tantos temas en la zona norte que hay una afirmación de un narcotraficante quién dijo que entregó al ex ministro del Interior de Cartes US$ 380 mil para compra de escuchas telefónicas por parte del Gobierno. ¿En qué país del mundo un narcotraficante se pone de acuerdo con un ministro del Interior para una compra de este tipo? ¿Por qué no se hacen las investigaciones? Es fácil de comprobar, existe una colusión, una complicidad del Estado con varios sujetos de la delincuencia organizada y así no se puede cambiar esta ecuación.
Detrás del EPP no hay más que una distante y remota idea de reivindicación ideológica. Este es un grupo delincuencial que trabaja con los narcotraficantes y que tiene a sueldos a los militares y policías, y que sin esto, si esta relación no se rompe, no se quiebra, vamos a seguir lamentando secuestros y muertes del capitán Piñanez que quería denunciar de qué manera operaba esa mafia del Norte.
Es el tiempo de acabar con este miedo que tiene una parte importante del poder político en el Paraguay, de cortar su relación, su nudo gordiano con la delincuencia y construir un nuevo país sobre sus cimientos.
