Por Benjamín Fernández Bogado
Los problemas económicos del país requieren algo más que el simple esfuerzo de solicitar al Congreso un nuevo endeudamiento, como lo hace en esta oportunidad de nuevo la administración Abdo, que quiere 350 millones de dólares. Hay mucho por cortar en la estructura de gasto del Estado paraguayo. Hay mucho por hacer en el proceso licitatorio, la mayoría de ellos enderezados al amaño, a la corrupción. Y eso no estamos viendo de que exista un verdadero propósito del Estado. Parece siempre la coartada facilista que el país se sigue endeudando. Hemos alcanzado el 30 % de del endeudamiento en un momento crítico para la economía paraguaya y con justa razón hay muchos que afirman que esto es realmente el inicio de una campaña de deterioro de la economía mucho más grande.
Lo que va a quedar después de la pandemia es una gran pobreza y eso no se va a resolver con un estado parasitario, clientelista como el que tenemos, que no ha venido haciendo la tarea en estos casi seis meses de pandemia, de achicarse, de volverse mucho más dinámico y de responder fundamentalmente a las exigencias del momento económico del país. Muy poca gente tiene capacidad para tributar en circunstancias como éstas y menos tiene ánimo, deseo de hacerlo cuando ve que todo esto termina solo incrementando el volumen del ogro filantrópico que se lleva los recursos de todos sin devolver en gestión casi nada.