Por Benjamín Fernández Bogado
El gobierno ha vuelto a pegar un grito al cielo con respecto al tema de su presupuesto para el próximo año y también de lo que queda de este 2020 maltrecho que ha hecho trepar el costo de la deuda por encima de los parámetros mínimos, establecidos por encima del 30 % del Producto Interno Bruto. Ahora salen a decir que los ministerios deben hacer fuertes recortes y es que no quieren que Hacienda haga por ellos. Esto resulta, en cierta manera, una especie de amenaza que lanzan desde el Ejecutivo a sus ministerios para decir tienen que estar obligados a hacer los recortes donde corresponda, porque de lo contrario nos veremos obligados desde la caja, desde el cajero del Ministerio de Hacienda a hacer dicha tarea.
Eso tendría que haberse planteado desde el inicio de la pandemia. Recuerdan ustedes que salieron algunos decretos estableciendo un tope al salario de las personas en la función pública, algunos comenzaron a cuestionar eso diciendo que iba en contra de convenios internacionales, especialmente los funcionarios de las binacionales. Después se comprobó que, de hecho, en el mismo entorno del Ejecutivo había gente que había superado por encima de los 37 millones de guaraníes establecidos para el presidente de la República.
En definitiva, nadie le hizo caso al Presidente en su mandato imperativo o por el otro lado, se fue simplemente para tratar de contentar a los de afuera de que estaban haciendo los sacrificios que se esperaba de una circunstancia de este tipo. Ahora habría que ver si todo esto de lo que se habló también largo de la llamada reforma del Estado en una carpetita conteniendo las líneas de dicha reforma, fueron realmente con el mismo propósito de distracción, pero no de compromiso, de sacar la grasa al Estado paraguayo y especialmente cortar la carne, que ya no es necesaria tenerla en circunstancias como las actuales.