Por Benjamín Fernández Bogado
Muchas cuestiones que tienen que ver con la justicia en el Paraguay no funcionan como debieran. La justicia paraguaya es absolutamente imprevisible y las manifestaciones callejeras ayer en gran parte del país demuestran que hay un profundo descontento a la gestión del Ministerio Público en la persona de su titular, Sandra Quiñonez, y a los hechos en donde figuras connotadas de la política se apartaron de las normas, pero no recibieron el castigo porque tuvieron la complicidad de fiscales y de jueces.
Ayer, en las calles del Alto Paraná, en varias localidades del departamento Central, incluida Asunción, los manifestantes gritaron «queremos justicia», y exhibieron varias figuras que representaban a los casos emblemáticos que están teniendo ventilación en la justicia, quemando a las figuras, a los payasos que habían sido montados de utilería por parte de los manifestantes. Hasta ahora sigue siendo de utilería y habría que escuchar el mensaje que los políticos tendrían que hacer cuenta de la trascendencia del mismo.
La gente está muy enojada porque hay un altísimo nivel de corrupción y una alta impunidad. Algunos viejos sinvergüenzas de la política incluso se dan ya el tupé de recomendar al propio Presidente de la República que castigue ejemplarmente a los que se apartan de la justicia. Lo peor es que algunos de estos tienen altos cargos en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y en el Consejo de la Magistratura.