Por Bruno Vaccotti
@peztresojos – Emprendedor y Comunicador Social
La crisis sanitaria nos presenta una suerte de desafíos que nunca antes imaginamos. Existen nuevas palabras que nos han hartado y que rápidamente han perdido su valor. “Reinventarse” sonaba como la palabra de la esperanza, para mucha gente consistió en “sobrevivir”. La gran pregunta durante todo este proceso es cuando pasaremos del sobrevivir al nuevo vivir.
No es la primera crisis que atravesamos y probablemente tampoco sea la última, me gustaría saber como podemos pensar una educación o conversaciones para hacer una sociedad más resiliente, una sociedad que tome la crisis y sepa convertirla en una oportunidad de ser más solidarios, trasparentes, creativos, proactivos y propositivos.
Transformar el sistema de educación, no solamente desde las nuevas miradas tecnológicas, sino desde la introspección y el manejo de las emociones. Debemos pensar desde ahora como lograr que las generaciones venideras tengan más herramientas para trabajar su interioridad, una parte clave y poco visibilizada en este proceso de afrontar la pandemia.
Se ha hablado muy poco sobre la salud emocional durante este tiempo, claramente la salud física y la salud económica tienen los premios en los temas tratados, pero todos estos temas pueden tener un enfoque preventivo que nos permitan sobrellevar los problemas de una manera más sana: Tener inteligencia emocional para administrar la presión y las variables que pueden aparecer en nuestro ecosistema, tener inteligencia financiera para saber administrarse en tiempos de escasez y educación sanitaria para tener prácticas saludables.
La mirada post pandemia tiene que perseguir el educarnos como ciudadanos resilientes, porque no será la última vez que ocurra algo similar, pero tenemos el poder y la responsabilidad hoy de construir un camino que nos permita estar mejor preparados para no paralizarnos y, a pesar de las adversidades, salir adelante.
