Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La rendición de cuentas del presidente ante el Congreso solo volvió a los viejos capítulos, un recuento de acciones positivas que no son tantas y que además no deberían ser contadas como valores porque se supone que es lo que debería hacer el Ejecutivo.
Muy escaso nivel de compromiso en torno a los valores que hay que cambiar por ejemplo la pandémica corrupción del país que se ha visto agravada en los últimos meses y especialmente la nula capacidad de inversión en materia de salud y educación.
Siempre se piden más recursos para estos importantes aspectos de la vida social organizada del país, pero si vemos que el Estado no es capaz de colocar esos recursos en tiempo y en modo de manera tal a que los riesgos a la vida sean menores, es lógico que estamos hablando de una cuestión de carácter estructural que tiene que ser resuelta desde la propia convicción que tenga el gobierno de hacerlo.
Lo que se ha visto también en la exposición de una hora y media de 140 páginas del presidente Abdo es la pobre idea que tiene en torno al manejo de la economía y el impacto que va a tener no solo en el país, sino en el mundo, las condiciones económicas seriamente golpeadas por la pandemia. Fue un largo, reiterativo y tedioso discurso en torno a lo que ya sabemos, pero no existe la voluntad de enfrentar a aquello que todos percibimos y que tiene carácter de urgencia