Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Una de las cuestiones sobre las que más se ha hablado en los últimos días es sobre el retorno de los fieles a la iglesia. Estamos a punto de cumplir 100 días de confinamiento y esto fuera de cualquier interpretación implica para muchos una relación totalmente anómala en la relación con la fe. Gente acostumbrada a ir a iglesias no lo pueden hacer, y ha llevado a que el arzobispo de Asunción Edmundo Valenzuela criticara al Gobierno de corrupto porque los quiere apartar de sus fieles.
El Gobierno ha tenido que responder afirmando que la mayoría de los contagios se producen en reuniones religiosas. Hay un famoso caso sobre esto que se dio al inicio del coronavirus en Corea del Sur y por otro lado también demuestra los niveles de tensión que pueden alcanzar las personas cuando se trata de administrar situaciones tan largas y tan conflictivas como la que nos ha llevado el coronavirus.
Debería haber un mayor diálogo entre estos sectores, reconociendo cada uno el ámbito de su influencia y conversar para explicar cuáles son los detalles que han llevado a la determinación de no abrir los templos en la medida y forma en que estaban acostumbrados a hacerlo antes de la pandemia. Es cuestión de dialogar, acercarse y conciliar, y para eso debe haber la razón como elemento central y argumento fundamental a la hora de explicar las cosas.
