Conocerá el famoso Cirque du soleil francés por sus atracciones y capacidad de llevar la fantasía lo más cercano a la realidad con sensacionales espectáculos circenses al ver a acróbatas llevando sus cuerpos a puntos extremos para cualquier ser humano, simpáticos payasos y malabaristas captando la atención del público con sus llamativas habilidades haciendo reír o manejando malabares sin echarlos estropeando su espectáculo. No es o no debe ser un circo el parlamento de cualquier país, lugar en el que un grupo de legisladores presentan proyectos legislativos y discuten su viabilidad para luego aprobarlo o no.
Un trabajo muy serio porque es para la comodidad de la comunidad que los ha elegido porque representan una alternativa para mejorar las condiciones de vida actuales. La razón por la que elegí comparar al parlamento o poder legislativo con un circo es porque en Paraguay de nuevo hemos tenido un capítulo circense con lo que fueron las palabras y forma de comunicar de Dionisio Amarilla hacia Celeste Amarilla, él es un senador echado de su partido liberal. Acusó de “coimera” a su colega liberal.
La Cámara de Senadores levantó esta semana la sesión extraordinaria en medio de un fuerte cruce de palabras entre parlamentarios que se den este tipo de acontecimientos es normal en cualquier debate, desde la escuela hasta en comisiones vecinales u organizaciones civiles que buscan alcanzar el bien común a través de la palabra y un comportamiento coherente con el espacio y tema debatido.
El debate sobre un préstamo de más de USD 125 millones para el financiamiento del Proyecto Tejiendo Apoyos para la Excelencia Educativa en Paraguay cambió de tono cuando el senador Dionisio Amarilla exigió a Celeste Amarilla que guarde silencio, gritando calificativos