Naturalmente consumir alcohol por los seres humanos es normal, ahora un estudio revela que el consumo de alcohol es abundante en la naturaleza. Una variedad de especies tienen etanol en su dieta, que normalmente surge a través de frutas fermentadas, savia y néctar. Puede que los humanos hayan convertido la bebida en una especie de arte, pero cuando se trata de animales que beben alcohol, el Homo sapiens no es una excepción, dicen los investigadores.
La revisión de la evidencia publicada muestra que el alcohol se produce de forma natural en casi todos los ecosistemas de la Tierra, por lo que es probable que la mayoría de los animales que se alimentan de frutas azucaradas y néctar ingieran regularmente la sustancia intoxicante. Porque consumir mucho alcohol puede producir;
- Sangrado de estómago o esófago
- Inflamación y daños en el páncreas.
- Hepatitis alcohólica
- Cáncer de estómago, orofaringe y esófago.
- Cáncer hepático
Todo eso no se encuentra entre las preocupaciones de las especies en las que se ha encontrado lo que está en bebidas consumidas por nosotros en reuniones sociales o circunstancias oportunas. “El etanol es bastante abundante en el mundo natural”, dijo Anna Bowland, investigadora del equipo de la Universidad de Exeter, Inglaterra.
En un estudio, los chimpancés salvajes del sudeste de Guinea fueron captados por una cámara mientras bebían la savia alcohólica de las palmeras de rafia. Mientras tanto, los monos araña de la isla de Barro Colorado, en Panamá, son aficionados a la fruta amarilla del mombin, cargada de etanol, que se reveló que contiene entre un 1% y un 2,5% de alcohol. “Cada vez hay más pruebas de que los humanos no beben solos”, escriben autores en Trends in Ecology and Evolution.
Confirma acertos
No sienta que solo usted o sus conocidos son los únicos que disfrutan consumir alcohol en el mundo. Otra cuestión es si el consumo conduce a la embriaguez. Abundan los relatos de animales ebrios, desde elefantes y babuinos borrachos con la fruta marula en Botswana hasta un alce encontrado con la cabeza atrapada en un árbol en Suecia después de masticar manzanas fermentadas. Pero en ninguno de estos casos, al menos, se midió el alcohol en los animales o en la fruta. Pero se dió con la verdad que también se emborrachan cómo nosotros, perdiendo el equilibrio y encontrándose mareados por el efecto del alcohol en nuestros cerebros. Los animales que comen regularmente alimentos fermentados tienden a metabolizar el alcohol rápidamente, lo que les ahorra sus peores efectos.
Eso indica que el frecuente consumo de alcohol no tiene tantos ángulos negativos, más siempre debemos tener cuidado con lo que y cuanto consumamos por los riesgos que presenta para nuestra salud y de nuestros entornos; familia, amigos y conocidos de cualquier lugar y momento de nuestras vidas.La misma que podremos continuar disfrutando de acuerdo a cómo nos comportemos socializando o consumiendo lo que se ofrezca en las ocasiones donde exista alcohol para acompañar el acontecimiento.