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Pensar filosóficamente

Al mencionar o escuchar la palabra filosofía no podemos relacionarla con el pasado y los pensadores cómo Platón, Aristoteles y otras personas que con sus ideas sirvieron para mucho y muchos siempre y cuando fueron bien interpretadas y aplicadas por gobiernos, maestros, estudiantes, empresas, jefes, empleados, organizaciones e instituciones humanas que presenten “amor a la sabiduría” cómo reza su etimología.

La sabiduría es el grado más alto del conocimiento. Un nivel al que cualquiera con trabajo, dedicación y voluntad puede llegar, no es algo exclusivo para mentes o  personas que nacen con el don de pensar más rápido o eficazmente ante cualquier desafío. La habilidad de pensar bien o rápidamente es algo que podemos traer con nosotros de nacimiento o trabajarla con lectura, análisis, escritura socialización, descanso y buena alimentación cómo lo hace cualquier atleta de alto rendimiento.

El filósofo que se destaca en cualquier tiempo es el que trata o responde tópicos o problemáticas de su actualidad con críticas o planteando alternativas o soluciones a complicaciones que tenga su sociedad por poseer malos gobiernos, no tener familia o referentes que nos guíen por el sendero que nos convenga tomar. Evitando que pensamientos o ideas oscuras nos distraigan, pierdan y destruyan la oportunidad que al estudiar y/o trabajar podamos alcanzar el éxito buscado.

Pensar es algo tan natural cómo respirar, escuchar, ver o sentir, lo hacemos o podemos hacer las 24 horas del día, con quien sea y donde sea si la compañía y el medio ambiente son adecuados para meditar en orden para o por algún motivo específico. Ahora nombres de personas cómo Byung Chul Han que cuestionan muchas cosas cómo la economía, el consumo, la actitud la sociedad ante el uso o hiper uso de las tecnologías para comunicarse, trabajar estudiar o entretenerse son los que forman parte de destacados pensadores que sorprende con un mensaje positivo: “Recuperar una vida en la que vivir sea más que sobrevivir”. El filósofo surcoreano propone abandonar el miedo y el resentimiento, verdaderas amenazas para la democracia.

El libro se titula “el espíritu de la esperanza”, en el mismo explora el significado de la esperanza en un mundo marcado por la alienación, la tecnología y las crisis globales. 

Los escenarios apocalípticos son diversos y contundentes: guerras, migraciones masivas, atentados, catástrofes climáticas, crisis, pandemias. Hay una inminente amenaza de hundimiento y extinción. En este asfixiante panorama, ¿qué lugar ocupa la esperanza? ”Nos abre tiempos futuros y espacios inéditos, en los que entramos soñando”, se lee en la contratapa. “Posibilita nuevos acontecimientos precisamente cuando más imposibles parecerían”. Este trabajo brindaría algo de esperanza para quienes siguen de cerca al filósofo que en sus pasadas obras mostraba desconfianza con la vida de la especie humana en el planeta.  

El mismo que no debe esperar la opinión de un filósofo, intelectual o referente social para meditar en algo y accionar al respecto, un paso importante en la madurez es romper la dependencia aprendiendo de nuestros errores y ajenos y no repetirlos, equivocarnos y fallar en nuestras maniobras que no deben hacerse de manera particular sino en lo posible a favor del colectivo si este se muestra en devolver el gesto con educación y empatía.

Superar el miedo 

En su obra el coreano dice que el miedo ha sido desde siempre un excelente instrumento de dominio. Vuelve a las personas dóciles y fáciles de extorsionar. Y que en un clima de angustia las personas no se atreven a expresar libremente su opinión, por miedo a la represión. Los discursos de odio y los linchamientos digitales, que claramente atizan el odio, impiden que las opiniones puedan expresarse libremente. Hoy ya nos da miedo hasta pensar. Se diría que hemos perdido el valor de pensar. Y sin embargo, es el pensamiento, cuando se hace empático, el que nos abre las puertas de lo totalmente distinto. Cuando impera el miedo a las diferencias no se atreven a mostrarse, de modo que sólo se produce una prosecución de lo igual. Se impone el conformismo. El miedo nos cierra las puertas a lo distinto. Lo distinto es inasequible a la lógica de la eficiencia y la productividad, que es una lógica de lo igual. Y eso no ayuda a crear y crecer gracias a lo diferente. 

Entonces en este nuevo trabajo aborda la esperanza como una manera de existir y abrir nuevos tiempos y espacios. busca una visión más alentadora del hombre y se aleja de los escenarios apocalípticos que rodean a la sociedad actual.

Ante quizá ya mucha crítica a lo que forma parte de nuestro día a día, tenemos ahora a un Han que nos enseña un lado más esperanzador y menos apocalíptico, gris o incómodo para algunos que no coinciden con su forma de pensar. Una que puede servir para entender lo que tenemos y vivimos hoy día o qué hacer con los recursos que en ocasiones nos sobran poseer y los acumulamos sin hacer uso de los mismos que sirven solo para ocupar un lugar en nuestra habitación, oficina o casa.

Lugares que más allá de lucir o ser cómodos lo que importe es que albergue a personas que piensen y sientan adecuadamente siempre con esperanzas de lograr objetivos positivos para si mismos y su comunidad en la familia, trabajo, estudios o entornos sociales a los que sirvamos o nos relacionemos. 

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