Una amiga me decía que el ser mujer es uno de los desafíos más importantes del ser humano por sus cambios hormonales, psicológicos y los tratos que recibe en su vida, que desafortunadamente no son los mismos que la de los hombres. Este genero vivió y hasta ahora vive discriminación, segregación o exclusión de cualquier tarea o responsabilidad simplemente por verse, soñar como o ser una mujer.
La ciencia y lo que vive y pasa este género en su vida nos enseñan sus desafíos y aún así sabiendo lo que deben vivir seguimos dejándolas de lado, humillandolas o no confiando en su capacidad de construir, operar, liderar cualquier iniciativa.
Ahora una de las primeras alpinistas indígenas de Bolivia, que ha escalado sus picos más altos, ha cambiado el panorama turístico y ahora tiene la mirada puesta en el Everest. Se llama Cecilia Llusco. Y su complejo anhelo y trabajo de escalar montañas puede servir para dejar claro el mensaje que la mujer también lo puede hacer si está dispuesta y preparada para correr, saltar, escalar, diseñar, programar y dirigir cualquier plan que tenga a niños, jóvenes, adultos, mujeres y hombres siempre para el bien común.
Grandes desafíos
Llusco es de Huayna Potosí, parte de la Cordillera Real de Bolivia. País vecino que posee varias montañas, destacándose la Illimani cómo la más alta entre todas por sus 6.432 m de altura. Y que cómo otros puntos altos del mundo es solo una de las muchas cumbres a las que desea llegar el hombre cómo la mujer.
Y es cierto que el hombre ha sido el primero entre ambos géneros el que ha impreso su nombre, identidad, edad y género en las alturas más importantes de nuestro planeta. Y aunque así haya sido no debemos caer en molestas comparaciones entre hombres y mujeres, porque ambos somos de la misma especie humana, tenemos nuestras fortalezas y debilidades cómo cualquier ser vivo del mundo.
Y solo podremos salir adelante si identificamos nuestros ángulos fuertes y lo usamos bien para enfrentar cualquier desafío que tengamos en común cómo parte de una familia, compañeros de estudio, trabajo o cualquier organización o institución que emplee a mujeres y hombres para lograr funcionar bien y sacar adelante cualquier reto para cualquiera, que siempre tiene una solución y capacidad de salir adelante si logramos de lado los prejuicios y dialogamos alrededor de las soluciones existentes para los problemas que tengamos en común.
Dos hombres, Edmund Hillary y Tenzing Norgay fueron los primeros en llegar a la cima del monte Everest, el 29 de mayo de 1953. Pero eso no importa tanto porque aunque hayan sido los primeros un par de hombres, sirve cómo referencia de que unos seres humanos han podido llegar a estos difíciles puntos para el común hombre o mujer que lo deseen intentar.
Ahora lo intentará Cecilia Llusco por decisión propia, para dar una motivación u orgullo a su género en su país y el mundo en los que seguimos en deuda con la mujer por la segregación y abuso que continúan teniendo donde, cuando y por quién sea, a veces sin motivo alguno y cómo algo natural. Que está en la consciencia colectiva el poder cortar esa grosera costumbre que nos quita la oportunidad de contar con frescas ideas ante lo que siempre hacemos los hombres. Que debemos tener respeto y consideración por el género que nos tuvo en su vientre por nueve meses y en algunos casos se ocupó de nuestra vida por años después de nuestra concepción. Mamás, abuelas, tías, hermanas, compañeras y amigas fueron, son y serán todo y más que todo siempre en la vida de niños, jóvenes y adultos siendo estos mujeres u hombres.