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Diálogos y finanzas

Para lograr hacer real una conversación necesitamos encontrarnos en un lugar adecuado, tener un contertulio o pareja adecuada que nos sepa escuchar y responder bien a lo planteado. Muchas veces es uno de los desafíos más grandes que se nos presenta, no tener a esa persona con quien podamos abordar temas que interesen y nos importen compartir para que ambas partes terminemos ganando por aprender algo nuevo y ayudar a nuestra mente por el simple hecho de haber hablado y usado palabras previamente pensadas para luego ser articuladas por nuestras bocas.

El diálogo es importante porque permite a las personas acercarse a la realidad del otro, comprender sus puntos de vista y trabajar juntos para lograr objetivos comunes. De acuerdo a la persona con quien nos toque encontrarnos existen temas particulares que pueden ser abordados, no es lo mismo hablar con un pariente, colega laboral o compañero de estudios que con nuestra pareja emocional, nuestro novio, esposo o aquella persona  con hayamos decidido ligarnos para existir  juntos o compartir nuestro tiempo y algo más cómo una relación amorosa. 

Existirán discusiones, diferencias y momentos ríspidos, que no deben ser tomados cómo excusa para separarse o romper la relación sino sobre todo para aprender de cada uno y la realidad de vivir emparejados. Algo que no es sencillo, vago o ligero sino muy serio porque implica conocer bien a la persona con quien deseemos descansar, comer y compartir nuestros pensamientos, emociones y lo que deseemos repartir entre nosotros por el tiempo que dure la relación. 

Recuperar el dialogo

La misma puede quebrarse por distintos factores; infidelidad, no saber trabajar en equipo o dialogar. Un ejercicio fundamental para la estabilidad y buen funcionamiento de cualquier relación humana en el planeta siempre. De niños nos llamaban la atención por estar hablando en nuestras clases con nuestros compañeros o en las reuniones familiares con nuestros hermanos o primos no por querer caer pesados a los niños sino para que no perdamos concentración de algo que nos convenía entender o aprender.

Existen errores que cometen las parejas al hablar de dinero. Por eso los expertos recomiendan estas estrategias para que las parejas puedan hablar de dinero sin que salga el amor por la ventana. Algo que debe ser evitado por matrimonios o noviazgos que pretendan perdurar en el tiempo, que deben entender que para alcanzar el objetivo citado no se trata solo de hacer frecuentes regalos de accesorios, comida o salida a espacios que sean promocionados cómo lugares románticos o sean en algún momento etiquetados cómo ambientes top, cómodos o atractivos. Siempre es importante hacer una evaluación de los fondos disponibles para cumplir esos caprichos que no deben ser criticados sino también cumplirlos para lograr afianzar las relaciones en el tiempo, los lugares y condiciones que rodeen a las parejas.

Entre las equivocaciones registradas existen que;

  • Tendemos a interiorizar las lecciones financieras de nuestras familias, dijo Lisa Marie Bobby, terapeuta matrimonial y familiar licenciada. Pero, explicó, los conflictos surgen cuando las parejas asumen que su punto de vista es el único válido
  • A menudo, uno de los miembros de la relación se convierte en el administrador del dinero. Es importante que ambas partes deberían conocer al menos algunos aspectos básicos: ¿Cuánto dinero entra? ¿Cuánto dinero sale? ¿Dónde está el dinero y cómo puedo acceder a él en caso necesario? ¿Y cuáles son nuestros grandes objetivos financieros?

Para evitar repetir imprecisiones que al sumarse acaben por terminar las relaciones es clave tener diálogos sinceros y transparentes entre quienes seamos parte de alguna relación amorosa, en esa conversación que preferentemente sean cara a cara y no con el uso de pantallas frías a distancia, porque de esta forma se rompe el sentido y lógica natural del diálogo auténtico.

Se debe rescatar y poner en práctica desde la familia, los amigos y las personas que nos importen saber realmente cómo están, lo que hacen y harán de sus vidas. El diálogo primero y si es sobre finanzas: la mayor sinceridad posible.

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