No lo hacía hace mucho tiempo y le sugiero dejar de usar su teléfono, notebook o cualquier pantalla con conexión a la red en fin de semana Esos son tiempos que son para descansar los ojos, mente, cuerpo y espíritu para lograr tener una buena semana y rendir mejor que la anterior. Eso fue lo que experimenté.
Fue un día sin estar lastimando mi cuello, secando mis ojos o ansioso por tener la respuesta de la persona a quien he escrito un mensaje, que si no llegaba dicha réplica me causaba una frustración, malogro o fracaso.
Es cierto que para algunos los sábados y domingos pueden ser los días de licencia para hacer lo que “se les canta” en las redes wue nos puede presentar ángulos buenos o malos para consumir con nuestros ojos u oídos que depende de vuestra mente el aceptar una oferta, adquirirla o hacer algo con ella. Una razón que debe funcionar preparada para no ser engañada por estrategias de marketing o cualquier diseño que busque subir el tráfico de personas en un sitio que nos dé noticias, comunicación con otras personas o venda lo que busque ser adquirido para obtener ganancias a cuentas particulares, de empresas o compañías que han identificado la posibilidad de captar la atención de un mercado por una oferta en particular y no es uno cualquiera, sino uno con la capacidad de hacer transferencias, compartir en nuestras redes datos de un producto o servicio ofreciéndose.
Rescatar la proximidad física
Dejar de lado la red internacional significa una alternativa para dialogar y recuperar así nuestra capacidad natural de hacer común una novedad o idea con el contertulio que tengamos la oportunidad de existir en un lugar o momento particular.
Me pueden decir que es posible hacer lo mismo con nuestras pantallas, más tenemos la seguridad de que nuestro mensaje ha arribado bien al puerto enviado o fue ignorado por la persona con quien chateabamos porque se encontraba “ocupada” o distraída con alguna zoncera que tuvo el poder de quebrar ese intercambio de pareceres sobre algo personal o público campo que al parecer es uno que desea ser llegado no solo por marcas particulares sino por seres humanos que hemos sido captados por el contenido del internet. El mismo que ha entendido ese deseo y desarrollado herramientas que generan hormonas de la felicidad cómo la oxitocina, endorfina y dopamina por el que nos llegue una aprobación o mensaje a una publicación o mejor aún que haya sido compartido lo que hayamos hecho público.
Fue un domingo, el pasado, que dediqué a pensar en mi semana, los hechos que se dieron y la que ha empezado hace poco, una que cómo las pasadas estará acompañada de seguro con ese “espejo negro” que puede dejar de reflejar nuestro rostro no solo en el tiempo de descanso, comida o la actividad que pueda interrumpir su existencia sino en el fin de semana que lo debemos aprovechar no solo para hacer fiestas, ruido o lo que cause molestia al entorno social que desee descansar. Es bueno intentarlo por lo menos.