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Avaricia descontrolada

La avaricia es el deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto con la intención de asesorarlos para uno mismo.

Un deseo que no es bien visto cuando se trata de tocar sus y mis contribuciones al estado para que este funcione bien para nosotros y quienes dependan de sus servicios.

Hace poco me tocó enterarme de una noticia desagradable de un nuevo abuso hecho hacia nuestro estado. Esta extralimitación tiene nombre,  apellido y herramientas que fueron vendidas por precios sobrefacturados al Estado paraguayo.

Carlos Becker fue funcionario del Senado, ahora es proveedor del ente. Ofrece entre otras cosas:  “capacitación sobre cómo preparar ofertas y ganar licitaciones”  según lo dijo el diario Última Hora en una nota de tapa. Su empresa además   entregó  hace poco 103 computadoras a G. 15 millones cada una. Hablamos de  un total de: Gs. 1.545.000.000.

Uno se pregunta si los dispositivos están hechos de diamante, rubí u otra piedra preciosa, puede, cocinar, transportarnos o limpiar la oficina u hogar por el alto precio con el que fueron vendidos al estado. 

Sabemos mas pero hacemos menos

Gracias a la ley de acceso a la información pública este hecho es sabido y abierto para todos por la prensa o accediendo a la red que tiene mucho más que espacios para socializar o perder nuestro tiempo publicando banalidades. Ahora no es suficiente con saber de estas cosas negativas sin sancionar o actuar para que se sigan repitiendo. el país pierde casi dos mil millones de dólares anuales en estos procedimientos nefastos. 

Las acciones deben enfocarse en trabajar bien para el mandante que somos los ciudadanos que esperamos tener hospitales, escuelas y espacios públicos en orden para usarlos cómodamente y no estar lamentándonos por noticias cómo estas que reflejan la codicia particular de unos pocos hacia lo que ponemos todos para que el estado trabaje bien. Los ladrones deben ser individualizados y sancionados.

Los negocios turbios con personas que no muestran buenas intenciones para con mis y sus fondos que si no son bien atendidos deben recibir penas ejemplares porque nos puede llevar al fondo afectando así a proyectos que el gobierno debería tener  para la población del país  general. La avaricia es un pecado y causa grandes daños al erario público.

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