Nos encontramos a casi a 4 de momentos en que la expresión de “golpe de estado” o una acción violenta y rápida que generalmente llevan a cabo fuerzas militares o rebeldes para apoderarse del gobierno de un estado. El objetivo es desplazar a las autoridades existentes era titular o tema destacado en la comunidad latina.
Ahora sin embargo se cierne esa sombra sobre Guatemala, país ubicado en América Central y limita con México, Honduras, El Salvador y Belice, el protagonista de un destacable dilema político que se trata de un gobierno que puede caer si los golpistas alcanzan su objetivo de terminar con el gobierno electo de Bernardo Arévalo. quien debe asumir en enero próximo y sería una señal siniestra en una región donde la democracia está en peligro. y desde donde nuevos sistemas políticos autoritarios pueden ascender cambiando muchas formas de trabajo y pensamiento que venimos “construyendo” y algunos pueblos que sienten no tener los resultados que buscan optan por gobiernos autoritarios que no pueden ser validados en las urnas.
Activismo cívico
Si es asi el ciudadano se organiza y va contra el gobierno que en su tiempo eligió y estructura un golpe de estado cómo lo hemos tenido en paraguay hace 34 años ante una grosera y prolongada dictadura.
La iniciativa ciudadana guatemalteca es activa con un alto nivel de corrupción, salarios bajos, violencia y extorsión y problemas estructurales que no sirven para iniciar, desarrollar y terminar planes positivos de todos, para y entre todos con el objetivo de beneficiar a la comunidad .
La elección de Arévalo es una prueba de fuego a la democracia guatemalteca y su respaldo unánime a nivel latinoamericano muestra que los golpistas no la tendrán fácil. Y eso es positivo.