POR BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
Tiempos complicados para la economía mundial y mucho más difíciles para los millones de trabajadores que han perdido sus empleos debido a esta pandemia global que ha puesto entredicho todo lo que habíamos construido hasta este momento en diferentes planos, muy golpeada la pequeña y mediana empresa que es la generadora de millones de puestos de trabajo a nivel mundial y que ahora se encuentran cerradas. En muchos de los casos lamentando la falta de ayuda estatal para al menos mantener la nómina laboral.
No hay una percepción muy clara en torno a quienes son los que realmente mueven la economía y de qué manera y si sumamos al hecho de que las pequeñas y medias empresas no tienen grupos de lobbys fuertes y estructurados como si tienen los industriales, los ganaderos o los comerciantes la situación se torna mucho más incierta de cara hacia el futuro.
Algunos calculan de que tardaremos por lo menos una década por lo menos en recuperarnos de esta situación que también referencian es un hecho parecido a lo que se dio con el grave crash financiero del año 2008 o la caída del capitalismo tradicional como algunos describen.
Es el tiempo también de buscar opciones y alternativas en un mundo que ya venía bastante complicado para los trabajadores, en un mundo que se calificaba de post industrial que decía que estaba viviendo en el oasis tecnológico y que sin embargo ahora nos ha probado a todos y nos ha demostrado de que las cosas básicas las que tienen que ver con el empleo manual, aquel que permite que tengamos alimentos en nuestras mesas sigan siendo tan vitales y tan trascendentes al mismo tiempo de cuidar la tierra que es de donde salen los alimentos que finalmente nos permiten mantenernos con vida.
Es el tiempo de repesar en el trabajo, la productividad y quienes son los grupos trascendentes a los que hay que cuidar y hay que proteger porque finalmente son los que generan millones de empleos y son los que mueven realmente la economía.
