Hace poco la facultad de ciencias políticas de la UNA, donde estudié, reconoció al abogado Jorge Bogarín cómo “padrino de honor” de la promoción 2022. El mismo que fué calificado por el gobierno de los EE.UU cómo “significativamente corrupto”, y por este motivo fue una noticia destacada hace poco, por las incoherencias existentes al elegir a una persona con grises antecedentes para acompañar un momento académico importante del alumnado paraguayo. El graduado debe cuidar siempre con quién y cómo se etiqueta en las redes y sobre todo a sus instituciones cuando elige de padrino a un averiado social también se lo juzga con el mismo rasero que el escogido.
En nuestro país, el ser una universidad con más de 130 años en la historia que con su moto que expresa “formando a estudiantes con un alto sentido social” el mismo debe ser de honestidad, trabajo y buenas conquistas académicas para la sociedad que nada tienen que ver con la corrupción, el desbaste, la depravación. Esto es nociva para instituciones o particulares que debemos entender. No somos reconocidos o destacados solo nosotros sino también nos acompañan nuestros apellidos, historia y actos buenos o malos que hayamos hecho.
No hay espacios para los corruptos
El miembro del Consejo de la Magistratura, Jorge Bogarín Alfonso, fue designado padrino de los egresados de la promoción 2022 de la carrera de Ciencias Políticas, dependiente de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). En ese mismo comunicado, el Gobierno de Estados Unidos también lo designó como significativamente corrupto en marzo pasado, junto con el ex director de la Dinac, Édgar Melgarejo, y el funcionario judicial Vicente Ferreira cómo al ex presidente Horacio Cartes con anterioridad. Personas que no tuvieron consigo la oportunidad de representarse a sí mismos sino sobre todo a instituciones de nuestro país que puede llegar a ser considerado uno trascendente o bueno si no tuviese destacados catálogos que nos impidan apostar a llegar a esferas políticas, económicas y culturales del planeta, que ya sabe que en Paraguay existen personas significativamente corruptas que desafortunadamente afectan a la población en general.
Aquí no todos somos corruptos, más si algo equivocados al reconocer a personas cómo Bogarín cómo padrino de honor de una promoción de cientistas políticos es una vergüenza colectiva. Con los títulos en mano cómo prometerían grandes cambios políticos a un país al que le faltan más personas sanas y virtuosas y menos inmorales o perversos que son buenos para fines particulares y no para dar “buen contenido social”.
La política es la búsqueda del bien común y eso no se hace con gente averiada como Bogarín Alfonso. El lema de la UNA parece no haber sedimentado bien en la mente de los egresados o el responsable de haber nombrado a un corrupto cómo padrino de promoción, esperemos aprender de errores de ayer y no repetir más vergonzosos hechos cómo el que tuvo lugar en una importante y longeva casa de estudios universitarios en el país.